2017 - 140 años

Al cambiar el rumbo la empresa, Georges Kern y su equipo reconocieron la importancia de aprovechar el rico legado de Breitling y crearon una nueva identidad corporativa que combinaba elementos históricos con una perspectiva moderna. Breitling expandió su estrategia centrada en la aviación para abarcar sus tres universos históricos: tierra, mar y aire. Así se redefinió como una marca de relojes suizos generalista que ofrecía una alternativa informal, sostenible y accesible al lujo tradicional.

Para fomentar esta nueva identidad, Breitling presentó #Squadonamission y sustituyó a los embajadores individuales por escuadrones de tres maestros en sus respectivos campos. La primera iniciativa digital de Breitling fue mejorar el sistema de garantía de la marca con una solución digital y ofrecer transmisión de datos en tiempo real. La tarjeta de garantía electrónica, a través de un código QR, permite una activación rápida en los puntos de venta y ofrece a los clientes un fácil acceso a los documentos de su reloj y numerosas ventajas con un simple escaneo.

Cuando se inició la pandemia de la COVID-19, que provocó el cierre de empresas y paralizó el mundo, Breitling adaptó su concepto de cumbre (summit) al ámbito digital. En el Breitling Summit Webcast inaugural en abril de 2020, Georges Kern expresó su apoyo a los esfuerzos mundiales de lucha contra el virus, seguido de una serie de lanzamientos de productos. Entre ellos, el Superocean Heritage '57 Rainbow Edition, como símbolo de la esperanza durante la crisis; el Navitimer 35, para destacar la importancia de las colecciones de mujer; y el Chronomat, completamente rediseñado. El uso de plataformas digitales supuso un punto de inflexión para la marca. El Endurance Pro de Breitling entró en escena en 2020, aunándose perfectamente con la tendencia deportiva que cobró impulso durante la pandemia. El reloj tocó una fibra sensible, fomentando la actividad al aire libre en un momento en el que las interacciones sociales estaban limitadas y el deporte era una vía de escape clave para muchos. Ese mismo año, la marca también sustituyó sus pesadas cajas de reloj por otras fabricadas con botellas de plástico recicladas para reducir el impacto ambiental. Este embalaje obtuvo el reconocimiento de la Solar Impulse Foundation, que lo incluyó entre sus 1000 Soluciones Eficientes. Breitling amplió su atractivo para las mujeres con el Navitimer Automatic 38, que ofrecía una versión de su icónico reloj de piloto con un diámetro menor. La apuesta dio sus frutos, ya que el Navitimer Automatic 38 fue todo un éxito de ventas y allanó el camino para presentar la versión de 41 mm el año siguiente. 

El Navitimer rediseñado vio su gran puesta en escena el día de su 70.º aniversario. El lanzamiento tuvo lugar durante los tres vuelos de Swiss International Air Lines con destino a Ginebra, como edición especial de «entretenimiento a bordo» del Breitling Summit Webcast. El reloj aúna lo novedoso y lo nostálgico, combinando una silueta elegante y moderna y los colores contemporáneos de la esfera con el regreso del clásico logotipo de la AOPA a la esfera. Aunque tratar de perfeccionar un emblema siempre es arriesgado, la decisión dio en el clavo, al preservar el diseño del Navitimer y darle una nueva vida. Ese mismo año se celebró otro aniversario trascendental. Corría el año 1962 cuando el astronauta del Mercury 7 Scott Carpenter le solicitó a Willy Breitling que fabricara un Navitimer modificado para su siguiente misión espacial y Willy aceptó el reto. El resultado fue el Cosmonaute, un Navitimer único con escala de 24 horas que acompañó a Carpenter en su histórico viaje orbital, convirtiéndose en el primer reloj suizo de pulsera en el espacio. Una edición limitada del Cosmonaute del 60.º aniversario rinde homenaje al histórico vuelo. En términos de sostenibilidad, Breitling dio un paso adelante y empezó a añadir «mejor oro» (oro artesanal trazable) y «mejores diamantes» (piedras preciosas cultivadas en laboratorios responsables) a todo su catálogo de relojes, empezando por el Origins, un sorprendente Super Chronomat de 38 mm cuyos materiales preciosos podían rastrearse hasta su origen, donde cada paso de la cadena de suministro estaba verificado de forma independiente.