El entusiasmo de Breitling por la aventura está hondamente enraizado en la cultura de la empresa. Cuando Willy Breitling aceptó crear instrumentos de cabina para la Royal Air Force británica durante la Segunda Guerra Mundial, se vio involucrado en un mundo de peligros e intrigas, sacando de contrabando sus productos de la neutral Suiza para entregárselos a los Aliados.

Durante una operación de nombre en clave «Exportación bajo los abetos», Willy y sus amigos conducían de noche a los pastizales de granjeros convenidos, donde encendían los faros de los coches para guiar el aterrizaje de los aviones de los Aliados. Los pilotos cargaban rápidamente los instrumentos y volvían a despegar. Willy, mientras tanto, se iba a la taberna, asegurándose de que lo recordaran por su comportamiento bullicioso para así tener una coartada.

Gracias a la experiencia adquirida en relojes militares y su gusto por la aventura, Breitling nunca ha dejado de producir relojes para acompañar a los pilotos en misiones de alto nivel. El Avenger, lanzado por primera vez en 2001, evolucionó desde este trasfondo de reloj-herramienta para convertirse en el modelo elegido para escuadrones de las fuerzas aéreas.

Con motivo de su 140 aniversario, Breitling presenta las ediciones cápsula del Avenger dedicadas a sus largos años de cooperación con la Marina de Estados Unidos, los Red Arrows británicos, los Frecce Tricolori italianos y la Patrulla de la Fuerza Aérea Suiza. Y, aunque no sea necesario que practiques con tu avión el tonel volado para apreciar el diseño atrevido y la estructura resistente a los golpes del Avenger, en el fondo sigue siendo un reloj para pilotos de caza.