Superocean

Historias

Con motivo de nuestro 140 aniversario, iremos publicando mensualmente relatos que narran las innovaciones más pioneras de Breitling. Estas historias se adentran en las historias jamás contadas que se esconden tras nuestros hitos y narran los avances que transformaron la industria relojera. Cada uno de ellos ofrece una visión de los momentos cruciales que han dado forma a la marca desde 1884.

01

Aerospace

02

Navitimer

03

Cosmonaute

04

Chronomat

05

Superocean

06

Avenger

07

Calibre B19

08

Project 99

09

Chronométrie

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SUPEROCEAN

SuperOcean: el primer cronógrafo de buceo

Los relojes de buceo se volvieron populares a finales de la década de 1950, cuando Jacques Cousteau, coinventor del aparato autónomo de respiración subacuática (SCUBA, por sus siglas en inglés), cautivó la imaginación del público con sus documentales submarinos.


Breitling se preparaba para satisfacer la emergente demanda de relojes resistentes al agua, pero había un problema. La especialidad de Willy Breitling era el cronógrafo. Naturalmente, quería que sus relojes de buceo contaran con su preciada complicación, algo inédito hasta entonces.


Así que los ingenieros de Breitling se pusieron manos a la obra, y en 1957 el Superocean 807 se convertía en un pionero en dos frentes: fue el primer cronógrafo destinado al buceo y el primero que contó con lo que popularmente se conoce como «oso panda invertido» (una esfera negra con subesferas blancas). Su objetivo era crear un gran contraste entre los contadores del cronógrafo y el fondo, para facilitar la legibilidad bajo el agua. El resultado no solo fue una legibilidad óptima, sino también el nacimiento de un diseño de esfera que sigue aún utilizándose en relojería en la actualidad.


El ref. 807 podía descender a una profundidad de 200 metros, una característica destacable en aquellos tiempos. A lo largo de los años, las versiones del Superocean continuaron evolucionado gracias a otras primicias, como el primer contador de tiempo de buceo mediante un minutero específico (Superocean Slow Motion, 1964) y el primer cronógrafo automático para buceo (Superocean Chrono-matic, 1970). La colección sigue siendo parte fundamental del catálogo de Breitling. Se trata de una línea que ha trascendido su origen práctico para convertirse en un símbolo de estilo náutico.