

La década de 1940
CAPÍTULO 2: DEL PROPÓSITO AL ESTILO
DEL PROPÓSITO AL ESTILO
Capítulo 2
En 1932, Willy Breitling tomó las innovaciones de su familia como punto de partida y centró sus miras en el sector de la aeronáutica, ya que intuía la relevancia que adquiriría en el futuro. A finales de los años 30, los cronógrafos de a bordo de Breitling se convirtieron en un instrumento de cabina indispensable, lo que reafirmó la reputación de la marca en la aviación. A pesar de las dificultades de la II Guerra Mundial, Willy, guiado por su gusto personal, presentó los primeros relojes de pulsera de Breitling centrados en el estilo: el Premier, el Duograph y el Datora, para garantizar que el carácter práctico y el refinamiento siguieran siendo el alma de la marca.
1938
DEPARTAMENTO HUIT AVIATION
Breitling fundó el departamento «HUIT Aviation» para satisfacer la demanda de instrumentos de a bordo fiables que exigían los sectores de la aeronáutica militar y civil. Este nuevo departamento especializado desarrollaba, fabricaba y probaba sus productos para usarlos en condiciones de alta exigencia: en tierra y en el aire. Su laboratorio especializado contaba con un microoscilógrafo para inspeccionar el movimiento radioeléctrico, simuladores de temperatura de -40 °C a +100 °C y mesas vibratorias para pruebas de esfuerzo. Su dedicación dio sus frutos en 1939, año en que el Ministerio del Aire británico encargó a Breitling que equipara a la Royal Air Force con cronógrafos de a bordo. De esta manera, HUIT se convirtió en proveedor clave en el ámbito de la aeronáutica justo cuando estalló la guerra.
El Departamento «HUIT Aviation» recibió ese nombre por la destacada reserva de marcha de ocho días que tenían sus instrumentos.


1940
REGLA DE CÁLCULO CIRCULAR
Breitling patentó un innovador cronógrafo con regla de cálculo circular, que maneja fácilmente el taquímetro, el telémetro, el pulsómetro y varias operaciones matemáticas. El reloj concebido en 1942, llamado «Chronomat» (abreviatura de «Chronographe-Mathematique»), era un instrumento de relojería refinado que fusionaba funcionalidad con elegancia y líneas estilizadas, perfil fino y esfera armoniosa. Pronto se convirtió en favorito de los profesionales del deporte y los sectores industrial y tecnológico.
1943
EL PREMIER
Tras detectar el hastío que arrastraba la población por la austeridad de los tiempos de guerra y su anhelo de resucitar el glamur, Willy Breitling presentó la línea Premier, con relojes que iban más allá de la funcionalidad y ofrecían un nuevo estándar de elegancia a una clientela exigente. A raíz de su éxito, Willy lanzó el Duograph, un sofisticado cronógrafo rattrapante capaz de cronometrar dos eventos simultáneos. Le siguió el Datora, que combinaba indicadores de día, fecha y fase lunar en un diseño equilibrado con estilo. Los tres modelos presentaban esferas refinadas, cajas elegantes —a menudo de oro macizo— y detalles cuidados al máximo, que ejemplificaban el compromiso de Breitling con la innovación y la estética.


El nombre «Premier» (que en francés significa «primero») no se eligió a la ligera, sino para rendir homenaje al primer reloj de Breitling creado con la elegancia por bandera: diseñado, además de para ser funcional, para marcar estilo. El nombre también refleja el compromiso de ser los mejores: en mano de obra, materiales y diseño.


LAS DAMAS, PRIMERO
Inicialmente destinada a ofrecer precisión militar en tiempos de guerra y resistir las exigentes condiciones de vuelo, la línea Premier no tardó en evolucionar hasta convertirse en todo un símbolo del glamur de la posguerra. Los relojes Premier, a modo de símil de la elegante figura del propio Willy Breitling, aprovecharon ese espíritu de la época con relojes de bella manufactura en oro macizo y acero inoxidable, incluidos los primeros cronógrafos para mujer.
Beatrice Breitling, esposa de Willy, fue la persona más influyente en el mundo de la relojería décadas antes de que se difundiera el término, ya que no solo asesoraba en muchas decisiones clave, sino que era la viva imagen de «la elegancia y el glamur en su máxima expresión», como recordaría más tarde su hijo Gregory.
A lo largo de 1940-1950, Breitling amplió su oferta para mujer y lanzó una gama de delicados relojes de cóctel y joyería, así como broches, colgantes e incluso pinzas para billetes. El «Vigneronne» es el mejor ejemplo de ello: un broche con un reloj oculto fabricado en oro de 18 quilates con diamantes, rubíes y esmeraldas. En su entrada del catálogo se describe como «reproducción fiel de la alforja de un vendimiador suizo».


AÑOS 1950-1960
BREITLING: 140 AÑOS EN 140 HISTORIAS
Descubra el legado de Breitling a través de nuestro próximo libro del aniversario: 140 años en 140 historias. El relato recorre nuestros humildes comienzos, desde el modesto taller de Leon Breitling en Saint-Imier hasta nuestra eclosión como una de las marcas relojeras más importantes del siglo XXI.

