A principios de la década de 1980, Breitling se enteró de que el escuadrón acrobático italiano Frecce Tricolori buscaba un cronógrafo mecánico específico para sus pilotos. El reloj ideal para el equipo tenía que ser lo bastante resistente para la cabina, y también lo bastante elegante para llevarlo fuera del trabajo. Uno de los principales riesgos profesionales de los pilotos de combate es que los cristales de sus relojes se estropean a menudo al abrir y cerrar la cabina del avión. Breitling ideó una solución inteligente: empotrar el cristal en el bisel y protegerlo con cuatro «índices móviles» en relieve en las marcas de 15 minutos. La Frecce Tricolori quedó impresionada con el diseño y encargó los relojes, que se convirtieron en todo un éxito no solo entre el equipo, sino también entre los coleccionistas. En 1984, Breitling lanzó el diseño públicamente como Chronomat. Sus índices móviles, junto con la corona en forma de «cebolla» de fácil agarre y el brazalete «Rouleaux» de metal resistente, siguen siendo la firma del Chronomat hasta el día de hoy.